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Los bañistas saltan las olas ayer en una playa de La Zurriola llena de gente.
La Zurriola ha registrado 23 rescates  en un verano hasta ahora muy tranquilo

La Zurriola ha registrado 23 rescates en un verano hasta ahora muy tranquilo

El accidente que sufrió el jueves Julen Madina fue originado por el golpe de una ola orillera

ANA VOZMEDIANO

Sábado, 27 de agosto 2016, 08:23

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Ha sido, al menos hasta el momento, un verano tranquilo en las playas. «No hemos tenido mar», resumía ayer el coordinador de los socorristas de la Cruz Roja, Marcelo Peruchena, que sintetizaba así una temporada en la que desde el 1 de junio y hasta este mismo jueves han tenido que realizarse 124 rescates y 179 evacuaciones en Gipuzkoa. De ellas, 23 rescates, (actuaciones en las que las personas piden ayuda desde el agua, generalmente surfistas) y 51 evacuaciones, (traslados al hospital por cualquier incidente que ocurra en la playa) ocurrieron en la Zurriola.

La última asistencia, la más grave de todas, la evacuación a la UCI del popular corredor de encierros Julen Madina, que, según todos los indicios, sufrió un fuerte golpe contra la arena mientras cogía una ola orillera, rápida y traicionera, que es bien conocida por los expertos. No es demasiado frecuente ni en Zurriola ni en Ondarreta y La Concha, aunque sí suele aparecer en la zona del Pico del Loro.

Había bandera amarilla en esta zona central de la playa, una enseña que no prohíbe el baño aunque sí indica que debe hacerse con precaución. Se trata de un espacio libre de canoas o tablas de surf, lo que descarta golpe alguno contra un elemento rígido. «Eso quiere decir que hay que disfrutar del agua sin que nos cubra más de la cintura, que no hay que coger olas, que hay que atender a cualquier indicación del socorrista...»

Acababa de romper la ola cuando unos brazos pedían ayuda a los socorristas desde la orilla. Se trataba de un inglés que ayudó a dos miembros de la Cruz Roja a alejar del agua a un hombre corpulento que estaba boca abajo y que mostraba una fuerte contusión en la cabeza.

Era Julen Madina, en parada cardiorrespiratoria, que fue traslado de forma inmediata al Hospital Universitario Donostia, donde fue ingresado en la UCI en estado crítico. Minutos más tarde, dos hombres acudían con contusiones en la cabeza, uno de ellos con especial afección en uno de sus ojos. Según sus relatos, también fue una fuerte ola orillera la que provocó las lesiones de las que tuvieron que ser atendidos.

Quienes conocen la playa saben muy bien cómo son estas olas. No son demasiado frecuentes y menos en un verano tan tranquilo en el que apenas ha ondeado la bandera roja y solo en el extremo de Sagüés.

«Son olas que llegan con fuerza a la orilla y que rompen muy rápido, tan rápido como se retira el agua. La persona se encuentran con que la cresta le sube, pero luego le lanza contra la arena, donde ya no queda agua. No hay que dejarse engañar por el tamaño de las olas porque estas tan peligrosas aparecen muy cerca de la orilla, pero son tan rápidas que no dan tiempo a reaccionar», explica Marcelo Peruchena.

Los surfistas no son víctimas de estas orilleras porque la punta de la ola que buscan está a más profundidad, «sobre todo ese año», pero sí quienes se divierten con los 'paipos'. «Al retirarse el agua de forma tan rápida, puede hincarse en la arena». La existencia de este tipo de ola durante una jornada playera no es motivo para colocar la bandera roja porque no impide el baño, solo implica precaución.

La playa joven

La playa de La Zurriola es la favorita de los jóvenes. Es la más abierta, con corrientes peligrosas y un oleaje que nada tiene que ver con Ondarreta o La Concha. Y con zonas diferenciadas, según rezan los informes del concejal de Playas de San Sebastián, Miguel Ángel Díez. La primera es la del Muro de Sagüés, donde se encuentra una corriente que empuja a los bañistas mar adentro.

La corriente del centro de la playa es muy peligrosa y se desplaza según las mareas. Cuando hay muchas olas arrastra muy fuerte a los bañistas. La más reciente, la que surgió después del fuerte temporal de mar de 2015, está ubicada frente al botiquín base de la Cruz Roja.

En el espigón, en el Kursaal, hay una corriente de retorno de mar adentro pegada a las rocas. Es la más suave y la zona de baño por excelencia, dado que se considera la más segura. Eso sí, la situación puede complicarse si hay marea alta y un oleaje fuerte.

Cada día, la Cruz Roja coloca dos banderas, una en Sagüés y otra en el Kursaal, pero además hay otras señalizaciones en la orilla para delimitar las zonas de baño, la reservada a las escuelas de surf o las que son exclusivas para deportes acuáticos.

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